En la oración colecta de hoy se pide crecer en la inteligencia del misterio de Cristo y vivirlo en plenitud. ¿Qué misterio es éste? No es otro que confesar la encarnación del Hijo de Dios y su muerte y resurrección para el perdón de los pecados, abriéndonos el camino al Reino de Dios. Es el misterio que celebramos en cada Eucaristía. Al concluir la consagración del pan y el vino, aclamamos este es el misterio de la fe o también el sacramento de la fe, y respondemos, anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección, ¡ven, Señor Jesús! Este es el misterio cristiano que Cristo se ha encarnado y que a muerto y resucitado por nosotros y por nuestra salvación. El sacramento o misterio de su triunfo sobre el pecado y la muerte, es la Eucaristía. En la Última Cena, el Señor, anticipó sacramentalmente su muerte y resurrección, y nosotros participamos de ellas cada vez que realizamos este sacramento en memoria suya. Profundicemos durante esta Cuaresma en el misterio central de nuestra fe, la Pascua del Señor, y vivamos en plenitud la Eucaristía y cuanto en ello se significa como anticipo y prenda de la vida eterna.
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